sábado, 4 de octubre de 2008

GEORGE W. BUSH


En el periódico El Mundo de hoy sábado, en Cartas al Director, un señor llamado Luis Morán, de Madrid, escupe una breve diatriba contra el presidente de EEUU. Es de sobra conocido que todos juzgamos a las personas y a las cosas utilizándonos a nosotros mismos como pauta y patrón. Pero el hecho de que nos equivoquemos en este sentido no debería llegar tan lejos como para que una persona se regodee con su error, como lo hace el señor Morán, atribuyendo sus criterios a los demás. Por ello, afirmo que miente cuando dice: Ya nadie duda de que Bush pasará a la historia como el peor presidente de EEUU. Hay que juzgar con memoria histórica. Detallo algunos apuntes: Warren G. Harding se caracterizó por los escándalos, Kennedy fue promiscuo, a Nixon lo tuvieron que echar por el Watergate y Carter fue blando. Y al pobre William Henry Harrison no le vamos a echar la culpa de nada, aunque fue culpable de dar un discurso en el exterior una tarde muy fría de invierno. Sí, fue culpable porque no llevaba abrigo, y ésa fue la causa de una pulmonía que acabó con su vida cuando sólo llevaba un mes en el cargo. A George W. Bush los moros le derribaron las torres gemelas. Y, como cualquiera de sus antecesores, Bush no se quedó con los brazos cruzados. Cada presidente ha tenido que afrontar unas circunstancias históricas. Y los que critican a Bush parece que no saben que el presidente de EEUU sólo es la cabeza visible de un engranaje político-militar muy bien cohesionado. Cualquier otro presidente habría actuado como él. En las grandes guerras EEUU luchó contra el despotismo fanático y cruel, y ahora todo sigue igual. Pero entre los que hemos nacido en la parte más civilizada del mundo hay quien no tiene muy claro en qué bando está, criticando desde perspectivas débiles y enfermizas. Echar la culpa personalmente a Bush de la crisis económica es lo mismo que si lo culparan del maremoto de Tailandia.