domingo, 11 de noviembre de 2018

RONRONEO Y POBREZA



Cuando un gato ronronea no mueve los labios ni abre la boca, ese ruido atraviesa las amuradas de su cuerpo y sale al exterior. Parece que su estómago jugara haciendo corretear un puñado de grava por sus intestinos. Y el animal muestra cara de satisfacción e iza la cola, la misma cara de satisfacción que pone un mago cuando saca un conejo de una chistera vacía. El mago tiene truco, o tal vez no, a juzgar por lo que dicen algunos físicos cuando son invitados a afirmar que la realidad que vemos no es lo que hay realmente. El ronroneo de la gente es otra cosa, es un murmullo, un tintineo de palabras desvaídas e inútiles que preguntan, preguntan porqué en España ya tenemos a más de doce millones de personas que viven en la pobreza o al borde de ella y que los ricos de cada día son mucho más ricos, y que si hay crisis económica los ricos se enriquecen todavía más. Se encuentran respuestas desagradables en los medios de comunicación que llenan de estupor: despilfarro, corrupción y arrogancia frente a las dificultades para pagar la recogida de basuras y el recibo de la luz, pero no pasa nada. Hay un principio sociológico que conoce todo el mundo: cuando la gente tiene recursos para comer y un lugar donde dormir, la mayoría es buena. Y más agudo fue el comentario de Jonathan Swift (autor de los viajes de Gulliver) al decir: Cuando el demonio está satisfecho es una buena persona. Así tenemos respuestas para explicar nuestra truculenta historia, y no necesitamos agudizar los sentidos para captar cuestiones subliminales como, por ejemplo, que los gatos no devoran a los humanos por una mera cuestión de tamaño.

Continuamos buscando respuestas y nos encontramos con la maldad de los que guían el destino de las personas, que no son los políticos. Qué vamos a decir de los políticos... George Bernard Shaw decía que eran charlatanes como un eufemismo para evitar otros calificativos. Y vemos también que los resultados de la maldad se pueden observar en todo lo que nos rodea. Por ejemplo: si para fabricar unos alicates en España es necesaria una mano de obra cuyo costo pasa de los dos mil euros al mes, cómo podemos competir con otro país que para fabricar estos mismos alicates tiene un costo de mano de obra de unos doscientos euros al mes. Bien, pues esta es la globalización, la irracionalidad que no permite a los jóvenes comprar un piso como hacíamos los de mi generación. Las inmensas y sugestivas superficies comerciales que hay en Mallorca son la metáfora de las antiguas "possesions mallorquinas": montones de gente en busca de alguna ventaja y un solo amo: "Es Senyó", a quien yo ahora llamo "El Gran Capital" y así regresamos al latifundismo del siglo XIX porque la parte socialista de nuestra sociedad no ha sido capaz de imponer criterios socialistas razonables y ha sufrido el peso y la autoridad del "Gran Capital". No podemos engañarnos a nosotros mismos, todo lo que dicen los políticos es palabrería demagógica porque aquí quien manda es "El Gran Capital", incluso en el Tribunal Supremo, como hemos podido comprobar con su sentencia a favor de la banca y contra los ciudadanos. 

Y puesto que toda afirmación puede tener una réplica, ahí está Internet para descomponer una parte de mis argumentos y para recordar al que fue compañero de opiniones en las páginas de esta revista, Tomeu Rosselló. Él escribió sobre un economista que veía una modernidad líquida (Yo siempre leía a Tomeu). Una modernidad que hace la vida más resbaladiza y que esconde soportes a los que nos podríamos agarrar. El comercio en Internet se está consolidando y eso es inevitable, perjudicial para quien tiene una tienda abierta al público y ventajoso para quien consigue comprar a buen precio. Así pues Tomeu tenía razón, estamos ahí en esa modernidad líquida que se consolida y que nos lleva inexorablemente a un latifundismo cibernético donde no se ve la cara a nadie, sólo se ven las mordazas que atenazan y empequeñecen a las personas. 

A los veinticinco años pude comprar un piso y dos coches sin que mi economía doméstica sufriera nada, igual que la mayoría de hombres de mi generación. Y ahora "El Gran Capital" ya se ha organizado para quedarse con todo el dinero y dejar sólo migajas a la gente. El pueblo no tiene nada que hacer, estamos derrotados. Todos los que nos dan discursos no piensan en el bienestar del pueblo, sólo piensan en ellos mismos. El socialismo que se coloca más a la izquierda de lo razonable es una trampa y un refugio para ingenuos que dan la espalda a la historia o que no la conocen. Ellos, que sí actúan contra "El Gran Capital", no muestran sus verdaderas intenciones porque son mucho más retorcidas que el salvaje capitalismo que sufrimos. Y a la derecha ya la conocemos, nos mienten para que les votemos pero ellos siempre defenderán a los grandes capitales que aplastan la vida de las personas. La derecha sigue la farsa de ir a misa como si creyeran en el estúpido y malvado dios que nos dibujaron con amenazas de todos los colores. Leonardo Sciascia escribió: Si dios existe le voy a pedir cuentas de lo absurdo de la vida, del dolor, de la muerte, de haber dado a unos la razón y a otros la estupidez y de tantas cosas.

Así pues, ante las confrontaciones o bandos políticos, sociales, etc., me declaro absolutamente neutral, apolítico, pesimista... y más cercano al nihilismo, al hedonismo y al epicureísmo dionisíaco que a cualquier otra cosa. Querido/a lector/a, si no conoces el significado de esta palabrería filosófica da igual, recoge una mera intención de actitudes frente al desorden, frente a la estupidez humana (los estúpidos están completamente seguros de que los estúpidos son los demás) y frente a las injusticias de nuestra civilización. Unas actitudes que sugieren que pongas una tabla de quesos en la mesa de tu comedor, abras una botella de buen vino y te pongas a bailar con tu pareja la música de Bob Marley, por ejemplo. 

No hay revolución que valga, estamos aplastados contra el asfalto por las botas del poder y no hay nada que hacer. Nadie que tenga dinero suficiente lo destinaría a explicar a la gente que no caiga en sus trampas, que no vaya a hacer sus compras a locales de grandes multinacionales. Y precisamente estas multinacionales sí tienen dinero para guiarnos como ganado a gastar el poco dinero que tenemos en sus locales. Ellos, con su publicidad, dominan la voluntad de las masas y las masas son tontas, siempre lo han sido. 

Recuerdo que cuando yo era niño sólo en mi barrio había cinco comercios (Cuatro en la calle de Son Massanet y uno en la calle de Sa Font). Ahora en  todo el pueblo de Campanet creo que sólo hay tres y pertenecen a grupos empresariales. Y así tenemos la muestra de cómo "El Gran Capital" aplasta al individuo que ya no se puede permitir ni poner un pequeño comercio. Por ejemplo: el dueño de casi todas las tiendas de ropa ya es uno de los más ricos del mundo abusando de mano de obra barata de aquellos lugares en los que por un plato de comida trabajan más de diez horas al día. Y el dueño de los supermercados de moda ya es de los más ricos de España. Por qué no damos la riqueza al pueblo en lugar de darla a los grandes capitales. Está claro, es porque ellos tienen dinero hasta para comprar nuestras voluntades. Es por eso, tal vez, que mis artículos se engloban dentro del título: “PESIMISMO”.



domingo, 19 de agosto de 2018

MARÍA LEÓN



El título de esta novela era: "Ensayo sobre el amor y la maldad" hasta que me recomendaron que, aunque se tratara de un ensayo, no lo titulara así debido a que los ensayos se leen menos que las novelas y son más propios de ambientes universitarios por seguir un rigor distinto. Creo que es una tontería pero al final accedí a poner el nombre de la protagonista como título de este ensayo. Hay confusión y discrepancias sobre lo que es ensayo y lo que es novela, me refiero al ensayo sobre la ceguera de Saramago: es una novela, pero ahí se ensaya sobre la ceguera de una manera demoledora y brutal. María León es una novela/ensayo que analiza los hechos históricos que nos han llevado a la realidad actual.

Transcribo el prólogo que escribió el profesor de psicología, mi amigo Vicente Prieto. 


PRÓLOGO

Por Vicente Prieto Rubio

Al preguntarme por qué tienen tanto éxito algunas películas, la respuesta surge rápida porque la creo sencilla: el guión está bien pensado y bien escrito por personas con talento, pero sobre todo porque los actores que nos las traducen no interpretan personajes, son personajes.
De Juan Rulfo se dijo que nadie se inventó que hablara con los muertos, realmente habló con ellos. Ocurrió allá lejos, en Comala, porque fue médium. Lo cuentan con palabras en Pedro Páramo, una de las mejores novelas del siglo XX. Me conmovió. Ahora, ya en el XXI, me ha vuelto a hacer vibrar esta novela-ensayo: María León, porque he sentido que el autor entró con tanta fuerza en el sentimiento de un animal, que mientras él iba escribiendo, y yo leyendo, ambos nos fuimos transformando en monos. Es una sensación mágica en la que el espacio, el tiempo y el ego acaban desapareciendo rendidos a las intensas sensaciones del presente. Es en esa aparente desaparición del yo donde se produce la gran paradoja del reencuentro con la autenticidad… quizás esa conciencia en estado puro, libre de enredos de la mente, donde todo es sentir, quizás eso sea el alma. Mientras leía y vivía esta historia, desapareció mi pensamiento y sentí mi esencia. Quizás.
Ese animal nace y vuelve a nacer recordando parte de sus vidas anteriores. Continúa siendo el mismo, pero siente cómo su especie antropoide va culminando su evolución hasta llegar a ser humana. Y desde la altura cognitiva y dominadora que su especie logra alcanzar, desde su inmenso complejo de superioridad sobre lo animal, inicia la más triste de las caídas. Tantos logros materiales para terminar derrumbándose en la más cruel de las pobrezas: la indiferencia y el hastío, la pasión por lo superfluo. Su ascensión fue de poder y de apariencias pero despreció el tesoro de la autenticidad. Creyendo ser más, se esforzó para que, en el fondo, no se le notara que se sentía menos…
Nuestro personaje vive en determinadas épocas de la Historia, pero sigue sintiendo lo mismo que sentía cuando vivía en las ramas de los árboles. Eckhart Tolle, estando al borde del suicidio, descubrió que toda nuestra vida es “ahora mismo”, que no tenemos otra cosa francamente real; comenzó a sentir sus presentes, a vivirlos, y comenzó a amar a todo ser viviente y a vibrar con las joyas naturales que lo rodeaban… igual que nuestro mono en su árbol. Pero el humano común asesina sus presentes con los enredos y las mentiras de su mente individual, que no es otra cosa que la mente social algo matizada. La inteligencia se construye desde la sociabilidad mediante un doble proceso de fuera hacia dentro, señaló el psicólogo ruso Vygotsky, y nuestro mono contempla aterrado cómo esa sociabilidad introducía en los individuos valores de “parecer” en lugar de inteligencia para “ser”. La tristeza no es consecuencia de los sucesos externos, sino hija de la ignorancia, y la ignorancia es generada por uno mismo para protegerse de sus miedos.
Pedro Tugores me dijo hace años que la cuarta parte del libro no la escribió él, fueron los mismos protagonistas de la historia quienes lo hicieron, él sólo la mecanografió. Sospecho que tampoco creyó escribir las tres primeras, pensó que eran sus personajes quienes al ir cobrando vida propia y opinar sobre lo que les rodeaba, sobre lo que les ocurría y sobre lo que les sucedía a los demás, le iban dictando las ideas. Pero permitidme que os diga que, en realidad, esos personajes eran meros transmisores de la esencia más pura, más genuinamente humana de su creador. Y le fueron regalando la posibilidad del reencuentro mágico consigo mismo. Hay quien dice que en la mayoría de libros hay algo autobiográfico; yo diría que sólo algo no es autobiográfico… porque la realidad que cada persona siente, la escriba, la diga o a la calle, siempre es subjetiva, y hasta sus ensoñaciones más estrafalarias nacen de sus propias experiencias. La originalidad surge de una interpretación caprichosa pero idiosincrásica de la realidad.
Este libro contradice poco la historia de los humanos, pero pone el dedo en algunas de sus llagas. Hace reflexionar, aunque no es una reflexión desde la mente pensante sino desde la emoción sintiente. Pedro es un explorador, un buscador permanente de aquello que puede hacernos sentir más vivos, más reales, más dichosos. Se entusiasma en su búsqueda, avanza, no encuentra, se cansa de buscar, tropieza, llora, rectifica, encuentra algo, se levanta, sonríe, se equivoca, reinicia la búsqueda. En medio de esa magnífica vorágine existencial alumbra este libro, un libro que no nos resuelve nada, pero que nos empuja brutalmente a plantearnos con realismo, desde su lenguaje idealista, un “qué-estamos-haciendo”.

viernes, 13 de julio de 2018

MR. BOJANGLES



Conocí a un hombre, Bojangles, que bailaría para ti. Con zapatos gastados, pelo plateado, camisa raída y pantalones holgados. Se calzaba aquellos zapatos viejos y saltaba tan alto, tan alto... para volver a caer con elegancia.

Lo conocí en una celda en New Orleans. Yo estaba completamente abatido. Él me observó con la mirada de la experiencia y habló con conocimiento, habló sobre la vida. Y riendo, adelantó su pierna para dar un paso. Dijo su nombre, Bojangles, y bailó con agilidad por toda la celda. Se agarró los pantlalones para tener más soltura y saltó muy alto y golpeó sus tacones.

Dejó escapar una risa, meneó sus ropas por todos lados. Ese era el Sr. Bojangles. Bailaba por todas esos espectáculos de variedades y ferias de campo por todo el Sur. Habló con lágrimas en los ojos de cómo en cincuenta años, su perro y él habían viajado por todas ellas, pero su perro murió de repente y después de veinte años todavía llora por él.

Decía: ahora bailo en los tugurios a cada oportunidad por bebida y propinas, pero la mayor parte del tiempo lo paso entre rejas porque bebo un poco. Sacudió su cabeza. Escuché a alguien pedirle, Sr. Bojangles, por favor, baile.


Según parece, el cantante de Country Jerry Jeff Walker acabó de verdad en una celda de New Orleans por una noche de borrachera, posiblemente a mediados de los años sesenta. Y allí conoció al Sr. Bojangles. Este cantante sólo escribió con precisión su experiencia y lo que le pasó y lo que vio y escuchó del Sr. Bojangles sin darse cuenta de que había escrito un poema de anti-héroe cargado de una inmensa emotividad y belleza estética. Así que Jerry fue el autor de esta canción y a su vez también ha sido su peor intérprete. Cantaba esta canción como si cantara cualquiera de las suyas con ese toque repetitivo de guitarra del Country, cuando la canción, su obra, merecía mucho más. Incluso John Denver, también intérprete de Country, la cantaba mucho mejor que él.

Mr. Bojangles ha resultado ser una canción tan importante que ha llamado la atención de primeras figuras mundiales de la interpretación, como  Neil Diamond, Whitney Houston, Robbie Williams, Nina Simone, etc. Pero la crítica coincide en que nadie ha interpretado esta canción como Samy Davis Jr. por la manera en que le afectaba lo que estaba cantando. Tal vez Samy ya conocía a algún Sr. Bojangles, igual como todos conocemos o sabemos de algún Sr. Bojangles, que por no bailar, posiblemente, esté afectado por una tristeza más pungitiva. 

miércoles, 23 de mayo de 2018

UN PAPA Y DOS OBISPOS

EL PAPA LEÓN X

A lo que pretendo publicar en este artículo no lo he escrito yo, casi todo son transcripciones, yo sólo he escrito algunos matices. Resulta evidente que se trata de letras sólo para adultos, y aun así puede herir sensibilidades. Tras la pérdida de poder de la iglesia católica la hermenéutica fue abriendo las vergonzosas letras que detallan la Taxa Camarae sobre la que Julio Caro Baroja (antropólogo, historiador y escritor) explicó sus aberrantes contenidos, y más recientemente el profesor Pepe Rodríguez, actuando como exégeta, lo difunde en Internet. Se trata de hechos constatables sobre los que no comparto la opción de callar. En pleno siglo XX todavía quedaban reminiscencias: se podía pagar dinero al cura y así sentirse libre de pecado por comer carne el viernes santo. No sé si en algún lugar todavía existe esta fraudulenta conducta de la iglesia, pero creo que sí.

De una publicación de Ediciones B titulada Mentiras fundamentales de la iglesia católica, alguien ha escrito que la Taxa Camarae del papa León X es uno de los puntos culminantes de la corrupción humana. Existen otras publicaciones sobre este asunto de distintos autores cuyos nombres ahora no recuerdo.

La TAXA CAMARAE, una tarifa promulgada, en el año 1517, por el papa León X (1513-1521) con el fin de vender indulgencias, eso es perdonar las culpas, a todos cuantos pudiesen pagar unas buenas libras al pontífice. Como veremos en la transcripción que seguirá, no había delito, por horrible que fuese, que no pudiese ser perdonado a cambio de dinero. León X declaró abierto el cielo para quienes, clérigos o laicos, hubiesen violado a niños y adultos, asesinado a uno o a varios, estafado a sus acreedores, abortado... pero tuviesen a bien el ser generosos con las arcas papales. Veamos sus treinta y cinco artículos:
1. El eclesiástico que incurriere en pecado carnal, ya sea con monjas, ya con primas, sobrinas o ahijadas suyas, ya, en fin, con otra mujer cualquiera, será absuelto, mediante el pago de 67 libras, 12 sueldos.
2. Si el eclesiástico, además del pecado de fornicación, pidiese ser absuelto del pecado contra natura o de bestialidad, debe pagar 219 libras, 15 sueldos. Mas si sólo hubiese cometido pecado contra natura con niños o con bestias y no con mujer, solamente pagará 131 libras, 15 sueldos.
3. El sacerdote que desflorase a una virgen, pagará 2 libras, 8 sueldos.
4. La religiosa que quisiera alcanzar la dignidad de abadesa después de haberse entregado a uno o más hombres simultánea o sucesivamente, ya dentro, ya fuera de su convento, pagará 131 libras, 15 sueldos.
5. Los sacerdotes que quisieran vivir en concubinato con sus parientes, pagarán 76 libras, 1 sueldo.
6. Para todo pecado de lujuria cometido por un laico, la absolución costará 27 libras, 1 sueldo; para los incestos se añadirán en conciencia 4 libras.
7. La mujer adúltera que pida absolución para estar libre de todo proceso y tener amplias dispensas para proseguir sus relaciones ilícitas, pagará al Papa 87 libras, 3 sueldos. En caso igual, el marido pagará igual suma; si hubiesen cometido incestos con sus hijos añadirán en conciencia 6 libras.
8. La absolución y la seguridad de no ser perseguidos por los crímenes de rapiña, robo o incendio, costará a los culpables 131 libras, 7 sueldos.
9. La absolución del simple asesinato cometido en la persona de un laico se fija en 15 libras, 4 sueldos, 3 dineros.
10. Si el asesino hubiese dado muerte a dos o más hombres en un mismo día, pagará como si hubiese asesinado a uno solo.
11. El marido que diese malos tratos a su mujer, pagará en las cajas de la cancillería 3 libras, 4 sueldos; si la matase, pagará 17 libras, 15 sueldos, y si la hubiese muerto para casarse con otra, pagará, además, 32 libras, 9 sueldos. Los que hubieren auxiliado al marido a cometer el crimen serán absueltos mediante el pago de 2 libras por cabeza.
12. El que ahogase a un hijo suyo, pagará 17 libras, 15 sueldos (o sea 2 libras más que por matar a un desconocido), y si lo mataren el padre y la madre con mutuo consentimiento, pagarán 27 libras, 1 sueldo por la absolución.
13. La mujer que destruyese a su propio hijo llevándole en sus entrañas y el padre que hubiese contribuido a la perpetración del crimen, pagarán 17 libras, 15 sueldos cada uno. El que facilitare el aborto de una criatura que no fuere su hijo, pagará 1 libra menos.
14. Por el asesinato de un hermano, una hermana, una madre o un padre, se pagarán 17 libras, 5 sueldos.
15. El que matase a un obispo o prelado de jerarquía superior, pagará 131 libras, 14 sueldos, 6 dineros.
16. Si el matador hubiese dado muerte a muchos sacerdotes en varias ocasiones, pagará 137 libras, 6 sueldos, por el primer asesinato, y la mitad por los siguientes.
17. El obispo u abad que cometiese homicidio por emboscada, por accidente o por necesidad, pagará, para alcanzar la absolución, 179 libras, 14 sueldos.
18. El que por anticipado quisiera comprar la absolución de todo homicidio accidental que pudiera cometer en lo venidero, pagará 168 libras, 15 sueldos.
19. El hereje que se convirtiese, pagará por su absolución 269 libras. El hijo de hereje quemado o ahorcado o ajusticiado en otra forma cualquiera, no podrá rehabilitarse sino mediante el pago de 218 libras, 16 sueldos, 9 dineros.
20. El eclesiástico que no pudiendo pagar sus deudas quisiera librarse de ser procesado por sus acreedores, entregará al Pontífice 17 libras, 8 sueldos, 6 dineros, y le será perdonada la deuda.
21. La licencia para poner puestos de venta de varios géneros bajo el pórtico de las iglesias, será concedida mediante el pago de 45 libras, 19 sueldos, 3 dineros.
22. El delito de contrabando y defraudación de los derechos del príncipe contará 87 libras, 3 dineros.
23. La ciudad que quisiera alcanzar para sus habitantes o bien para sus sacerdotes, frailes o monjas, licencia para comer carne y lacticinios en las épocas en que está prohibido, pagará 781 libras, 10 sueldos.
24. El monasterio que quisiere variar de regla y vivir con menor abstinencia que la que le estaba prescrita, pagará 146 libras, 5 sueldos.
25. El fraile que por su mejor conveniencia o gusto quisiere pasar la vida en una ermita con una mujer, entregará al tesoro pontificio 45 libras, 19 sueldos.
26. El apóstata vagabundo que quisiere vivir sin trabas, pagará igual cantidad por la absolución.
27. Igual cantidad pagarán los religiosos, así seculares como regulares, que quisieran viajar en trajes de laico.
28. El hijo bastardo de un cura que quiera ser preferido para desempeñar el curato de su padre, pagará 27 libras, 1 sueldo.
29. El bastardo que quisiere recibir órdenes sagradas y gozar beneficios, pagará 15 libras, 18 sueldos, 6 dineros.
30. El hijo de padres desconocidos que quiera entrar en las órdenes, pagará al tesoro pontificio 27 libras, 1 sueldo.
31. Los laicos contrahechos o deformes que quieran recibir órdenes sagradas y poseer beneficios, pagarán a la cancillería apostólica 58 libras, 2 sueldos.
32. Igual suma pagará el tuerto del ojo derecho; mas el tuerto del ojo izquierdo pagará al Papa 10 libras, 7 sueldos. Los bizcos pagarán 45 libras, 3 sueldos.
  1. Los eunucos que quisieran entrar en las órdenes, pagarán la cantidad de 310 libras, 15 sueldos.
  2. El que por simonía quisiera adquirir uno o muchos beneficios, se dirigirá a los tesoreros del Papa, que le venderán ese derecho a un precio moderado.
  1. El que por haber quebrantado un juramento quisiere evitar toda persecución y librarse de toda nota de infamia, pagará al Papa 131 libras, 15 sueldos. Además entregará 3 libras para cada uno de los que le habrán garantizado.

El papa León X convirtió el Vaticano en un burdel donde eran lícitos los asesinatos, las violaciones, la pedofilia, la zoofilia, etc. Así que desde entonces la iglesia católica ha mejorado mucho aunque en la actualidad no es un ejemplo de conducta racional a juzgar por como se manifiestan actualmente algunos de sus altos dignatarios.



EL OBISPO MUNILLA.















En el año 2010, cuando un terremoto destrozó Haití el obispo Munilla dijo: En España existen males mayores que los que hay ahora en Haití (200.000 muertos por el terremoto), debido a la falta de fe de los españoles.

Tiene que ser muy fanático un individuo para atreverse a decir esta barbaridad. A este obispo no le afectó el terrorífico drama que sufrió Haití, no sintió ninguna pena al ver tantos miles de cadáveres tirados por las calles. La mayoría de la gente de todo el mundo quedó conmovida ante la magnitud del desastre, a la iglesia no le conmueven estas cosas; ellos mataban a miles de inocentes quemándolos vivos en las hogueras. Y como ahora ya no nos pueden matar por no creer en sus estupideces, entonces sueltan perlas de este tipo, de manera espontánea, porque llevan el fanatismo aún impregnado en sus entrañas.


EL OBISPO BERNARDO ÁLVAREZ




Palabras textuales de este obispo al diario Opinión de Tenerife:

Puede haber menores que sí lo consientan y, de hecho, los hay. Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y desean el abuso, incluso te provocan. Esto de la sexualidad es algo más complejo de lo que parece.

Una persona tiene que ser muy degenerada para pensar y hablar así. Y así habló el obispo Bernardo Álvarez.

domingo, 29 de abril de 2018

LOS MÉDICOS Y LA ENFERMEDAD DE PERTHES


Resultado de imagen de FOTOS DE LA ENFERMEDAD DE PERTHES





De verdad que admiro a los médicos, entre otras cosas porque mis conocimientos sobre esta ciencia son nulos. Pero hay más, para ser médico una persona debe poseer una alta dosis de filantropía: amor al género humano. Su trabajo consiste en un sacrificio permanente para hacer que la salud de las personas, dentro de sus posibilidades, funcione lo mejor posible. Y sí existe un contraste entre los médicos y el resto de seres humanos, cuyos entornos están llenos de trampas, de envidias, de zancadillas y de odios, principalmente en contextos políticos que dan espectáculos lamentables constantemente en las noticias, se les ve cómo mienten con descaro, cómo se pelean y cómo comparecen ante los tribunales de justicia, pero hoy no vamos a hablar de escoria política sino de este mundo de profesionales que lo dan todo por el bienestar de sus congéneres.

Por la parte que me afectó y por lo que pueda servir a quienes se vean afectados por la enfermedad de Perthes, hoy relataré mi experiencia con esta enfermedad. Cuando mi hijo Carlos tenía siete años un día se quejó de dolor en la cadera, al principio no le hacíamos caso pensando que se trataba de dolores leves por su crecimiento; pero unos días después se quejó de dolores muy fuertes y nos fuimos enseguida al hospital Son Dureta. Después de radiografías nos comunicaron que padecía la enfermedad de Perthes y que tenía que quedar ingresado, inmovilizado y con una pesa en una pierna para que el hueso redondo de la cabeza del fémur no tuviera ninguna rozadura con su alojamiento. Lo tuvieron así atado en la cama durante unas dos semanas hasta que la inflamación desapareció. Nos dijeron que no podría caminar sino con una férula que dejara su pierna enferma colgando. Especificaron el artilugio, y una vez que Carlos se adaptó a él comenzó a llevar una vida normal. Los médicos del hospital nos dijeron que esta enfermedad siempre se cura sola y que tarda unos dos años y medio. Y así nos mentalizamos de que nuestro hijo tendría que caminar con esos hierros durante este tiempo. Nos informamos de quién era el traumatólogo infantil con más prestigio de Palma y casi todas las personas a las que preguntamos nos hablaron del doctor Gasull. Y así acudimos a su consulta. Este médico miró atentamente las radiografías y nos dijo lo mismo que nos habían dicho en el hospital, aceptó la férula que Carlos utilizaba para caminar y nos dijo que debíamos ir a su consulta una vez al mes. Y así lo hicimos durante casi dos años. Una radiografía cada mes y los mismos comentarios, hasta que llegó un día en el que el médico nos dijo que la enfermedad estaba evolucionando mal y que debía operar, abrir toda la carne de la cadera e instalar unos hierros que debería llevar hasta que cumpliera dieciocho años. Hizo rápidamente el presupuesto de lo que quería cobrar por la intervención y nos enseñó unos fotos horribles de lo que iba a hacer en la cadera de nuestro hijo. Nuestra respuesta fue inmediata: si todos los médicos coinciden en que la enfermedad de Perthes se cura sola por qué quiere operar, llevamos dos años con el problema y siempre nos han dicho que en menos de tres años esta enfermedad cura sola. Con actitud autoritaria, la respuesta del médico fue escueta y arrogante: hay que operar. Si ustedes, sus padres, no aceptan la operación probablemente su hijo quede cojo para el resto de su vida y será su responsabilidad, ustedes lo llevarán en su conciencia no yo. La madre de Carlos y yo decidimos que no íbamos a decidir nada hasta informarnos mejor y de esta manera, con miedo y dudas, no aceptamos la imponente determinación del Dr. Gasull y fuimos a consultar a otros traumatólogos de Palma. Todos coincidieron en que había que operar, unos de una manera y otros de otra, pero todos querían abrir al niño para instalarle hierros en los huesos de su pierna derecha. El miedo y las dudas crecieron, pero continuamos sin aceptar las tesis de los médicos por una mera cuestión de sentido común: si todos ellos coinciden en que la enfermedad de Perthes se cura sola por qué lo quieren operar. No hay una respuesta coherente a esta pregunta. Y así pasamos una semana en blanco sin saber qué hacer.  

Recuerdo que el sábado de esta semana terrible, por cosas de mi trabajo, fui a la calderería donde me estaban fabricando unos depósitos de hierro. Allí, el gerente, mi amigo el ingeniero Rafael Hoyo, me dijo que me veía mal, con la cara triste, cosa poco habitual en mí, según dijo. Le expliqué lo que pasaba con mi hijo Carlos y él contestó que había ido al sitio adecuado para dar una solución al problema de mi hijo. La verdad es que me hizo reír. Le dije: Rafael, si tú te dedicas a fabricar cosas de hierro, qué tiene que ver eso con el problema de mi hijo. Luego él me contó que hacía años se le cayó una pieza de hierro en un pie y todos los traumatólogos de Palma se lo querían cortar diciendo que ese pie no tenía arreglo. Y qué pasó, pregunté todo impaciente. Luego él me explicó que tras la decepción de lo que decían los traumatólogos de Palma, inició consultas en Barcelona a través de amigos suyos. Le recomendaron que fuera a visitar al doctor Viladot. Bien, pues el doctor Viladot de Barcelona le salvó el pie, sólo se le nota una leve cojera. Actualmente Rafael ya lleva años jubilado. Inmediatamente fui a casa para llamar a este médico, pedí hora y me dijeron que el profesor Viladot no tenía horas disponibles hasta dentro de unos seis meses, pero que me podían dar hora en dos semanas en la consulta del doctor Viladot, hijo. Aceptamos.

El médico aparentaba una edad similar a la mía en aquel entonces, unos treinta y siete años, su aspecto era caucásico y su cara mostraba la serenidad de quien conoce bien su oficio. Cuando el doctor Viladot miraba atentamente las radiografías, la impaciencia por escucharle se me hacía asfixiante; pero enseguida habló: Veo que se ha regenerado el riego sanguíneo en la cabeza del fémur. La enfermedad casi está curada. Creo que en unos seis meses el niño ya podrá caminar”. Tengo que verle una vez cada dos meses y así seguiremos el proceso. Enmudecimos. Por fin habíamos encontrado una respuesta coherente al problema. Nadie instaló hierros en la pierna de nuestro hijo y a los seis meses empezó a caminar, la enfermedad de Perthes había curado sola. Cuando salimos de la consulta fuimos a buscar una tienda de zapatos por las calles adyacentes a la del médico, en el distrito diecisiete de Barcelona; le compramos unos deportivos. Recuerdo una tarde soleada y apacible y recuerdo también que yo escondía mi cara con las manos en un vano intento de que en la zapatería no vieran las abundantes lágrimas que no podía contener por la emoción de ver curado a mi hijo. Carlos tardó unas semanas en caminar bien ya que los músculos de la pierna que había estado enferma, de tanta inactividad, se habían quedado dormidos. En los siguientes diez años acudíamos a la consulta del doctor Viladot para vigilar la pierna de Carlos una vez al año, hasta que el médico nos dijo que no hacía falta que volviéramos, que todo había ido normal. Carlos practica deportes, nunca a cojeado ni ha tenido la más mínima secuela de aquella enfermedad, que ya está olvidada. Pero yo no lo olvido, y no presumo de haber sido inteligente, presumo de haber aplicado el sentido común, la postura más razonable, una postura que ningún médico de los que visitamos en Palma aplicó. Cuando Carlos empezó a caminar escribí una carta al doctor Gasull y le dije que tenía pruebas fehacientes de su incompetencia porque había querido abrir las carnes de nuestro niño sin que fuera necesario. Me extendí bastante en aquella carta, que ya no quiero recordar.

Entiendo que en todas las profesiones se cometen errores y que los errores médicos están entre los más peligrosos, pero yo no acuso a los médicos de Palma que vieron a mi hijo: Gasull y otros de haber cometido un error, los acuso de aplicar criterios inconsistentes y de estúpida arrogancia. No quiero imaginar que hacen eso por dinero porque sería demasiado miserable por su parte. Donde estos médicos veían problemas, el doctor Antonio Viladot Voegeli vio que la enfermedad estaba casi curada. Así que vamos a imaginar que los médicos de aquí fueron incompetentes al no entender la radiografía que estaban viendo. Muy lamentable.

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miércoles, 7 de marzo de 2018

ESCORIA






Dice la RAE que la escoria es una sustancia vítrea que sobrenada en el crisol de los hornos de fundir metales y procede de la parte menos pura. Dice también que es una materia desechable que suelta el hierro candente al ser martilleado, lava porosa, residuo.. y ya como quinta definición la Real Academia usa la metáfora para decirnos que escoria es cosa vil y de ninguna estimación. Será por eso que mis pensamientos han creado un paralelismo entre el discurrir de un cordón de soldadura eléctrica (cosa en la que he trabajado muchos años) y el discurrir de la vida humana, será porque ambos itinerarios van soltando escoria. No vamos a hablar de la escoria del metal porque no es dañina, salvo alguna esquirla en el ojo que sí fastidia sobremanera y a menudo requiere la intervención de un médico. Mejor me referiré a dos tipos de escoria: la truculenta y la de guante blanco.

Escoria truculenta.

Desde una visión respetuosa hacia todas las personas, una visión que me caracteriza, debo decir que las excepciones, como sobradamente es conocido, confirman las reglas, y así no vamos a abanderar respeto alguno hacia la escoria humana. Forman la escoria humana aquellas personas que violan y matan, las que ejercen violencia de género, física o psicológica. Y formarían parte de la escoria más truculenta aquellos seres que son capaces de violar y matar a niños. Si dentro de este maloliente contexto deseamos aferrarnos, aunque sea sólo un poquito, a la empatía, cabrá entristecerse por los motivos originales que abrieron el camino a que los cerebros de esta escoria pudieran degenerar hasta tales atrocidades. Una persona no se vuelve asesina de la noche a la mañana sin más, nadie viola ni mata porque sí. Y los motivos casi siempre proceden de una desastrosa infancia. Siempre han existido padres irresponsables que con su ejemplo han creado monstruos, y los monstruos también se reproducen y continuarán reproduciéndose. Por ese motivo nada se arreglará, siempre estaremos sobrecogidos por una cifra anual escalofriante de mujeres asesinadas en manos de sus parejas o exparejas. He escuchado justificaciones que no justifican nada, nada puede justificar un asesinato. Aunque entiendo la terrible situación de un hombre que se encuentra en la calle, sin recursos porque tiene que pagar la hipoteca de la casa donde están sus hijos y su mujer con otro hombre. Esto vuelve locos a algunos que cometen atrocidades, cuando lo que deberían hacer es reflexionar sobre los motivos que desembocaron en esta situación y buscar alternativas civilizadas.

Ya no hay impunidad. Los criminales son perseguidos por la justicia y casi todos acaban encarcelados. Ya no estamos en la Edad Media, cuando los crímenes por violación y asesinato de niños y núbiles tenían coartada: La iglesia católica inventó una suerte de demonios, nocturnos y lujuriosos, llamados íncubos y súcubos; los primeros demonios varón y los segundos demonios hembra. Cuando un niño o niña aparecían violados y/o asesinados ya se sabía a quien atribuir el delito, eran demonios, no se les podía vencer, su captura era imposible, así que mejor rezar a dios para que no aparezcan. Se pueden ver esos demonios de distintas formas y tamaños en el buscador de Google basta con escribir: "Fotos de íncubos". No sé si Miquel Vives publicará fotos de los demonios que yo le sugiero, en todo caso lo dejo en sus manos. Tantos siglos de impunidad. Ahora ya no hay fábulas que sirvan, si alguien viola y mata a un niño la policía no va a buscar demonios, buscan escoria humana culpable.

Este principio de marzo, en el que se me ha ocurrido escribir este artículo, parece como si de verdad hubieran renacido los demonios medievales. Un niño de ocho años asesinado en Almería, cuatro chicas mallorquinas muertas en accidente de tráfico en Miami, tres mujeres desaparecidas de las que una ya ha aparecido asesinada.

Y el colmo de desgracias de este principio de marzo, un suceso muy trágico y cercano que ha afectado a toda mi familia. Me llamó Antonia, la madre de mis hijos, y me preguntó si había visto las noticias, le dije que sí, que qué pasaba. Ella me dijo que el joven de 33 años que había muerto en un hotel de Londres era Marquitos, el hijo de Paz. Mi voz se congeló. Eso no debía suceder. Regresaron los recuerdos de principios de los años noventa en que ambas familias habíamos comprado un chalet en la misma calle de Secar de la Real. Y enseguida supimos que no era normal tener la suerte de haber encontrado unos vecinos tan entrañables. A los dos días de vivir allí, una noche poco antes de cenar, los niños estaban jugando en la calle, y al poco rato ya no estaban, luego comenzamos a buscar a nuestros hijos, Roberto y Carlos y no los encontrábamos, la madre de mis hijos y yo preocupados llamamos a los vecinos a ver si habían visto a nuestros hijos, y cuando llamamos a la puerta de Emilio y Paz nos dijeron sí, están aquí, pasad a la terraza, y allí estaban cenando Marcos, Roberto y Carlos;  Marcos y Carlos de siete años y Roberto de once en una mesa elegante con mantel y velitas con nuestros vecinos y otros invitados. Es que estaban delante de la casa jugando y les he puesto plato en la mesa a los tres, dijo Paz. Casi nos ruborizamos al ver que habíamos conocido gente tan encantadora y entrañable. Queridos amigos, Emilio y Paz, desde mi familia nos sentimos a vuestro lado con ese dolor punzante que lo inunda todo de tristeza luctuosa. 


Escoria de guante blanco.

En este contexto la escoria viste trajes costosísimos y llamativas corbatas de seda. Ya nos advirtió contra esta escoria el que fue tercer presidente de EEUU Thomas Jefferson con una frase del año 1802 que ha tenido una trascendencia profética por haber vaticinado una realidad que en pleno siglo XXI tiene agobiada a toda la población mundial. La frase dice textualmente:

Si el pueblo permite un día que los bancos privados controlen su moneda, los bancos y las instituciones florecerán en torno a ellos, privarán a la gente de toda posesión, primero por medio de la inflación, enseguida por la recesión, hasta el día en que sus hijos se despertarán sin casa, sin techo sobre la tierra que sus padres conquistaron.

Umbral decía que los bancos tienen una conducta reptil. Es cierto, los bancos son instituciones controladas por cerebros maquiavélicos con un voraz y monstruoso ánimo de lucro a costa de lo que sea, incluso a costa de robar los ahorros a los ancianos. Y así tenemos a la escoria legalizada porque las autoridades no tienen poder para defender a los ciudadanos contra esta monstruosa escoria de los bancos. Si quiebran hay que salvarlos porque de lo contrario sucumbiría la economía del país, y así al recuperarse y volver a generar inmensos beneficios no devuelven el dinero que el pueblo a través del gobierno les ha prestado, los beneficios están destinados a continuar engrosando la enjundia de sus accionistas. Esto es una basura intolerable que incrementa exponencialmente la riqueza de unos pocos y empobrece a la población normal y trabajadora. Los bancos no pueden estar en manos privadas y todos están en manos privadas. Los bancos no deberían ser entidades con ánimo de lucro y son entidades con un voraz y monstruoso ánimo de lucro. Las necesidades básicas de las personas (alimentación, combustibles, electricidad, agua, telefonía, banca y seguros) no deberían estar en manos de gigantescos y despiadados especuladores, ellos son un atraco legal a la población. Las grandes superficies comerciales son una aberración que ha arruinado al pequeño comerciante de toda la vida en beneficio de grandes corporaciones que pagan sus impuestos en paraísos fiscales. Los políticos no deberían permitir grandes superficies y los ciudadanos no deberían pisarlas para nada. Los bancos no tienen escrúpulos, son capaces de robar de muchas maneras. Han cometido salvajadas de todo tipo y ahí están sonrientes con sus lustrosas corbatas de seda y sus restaurante de lujo. Nadie puede con ellos, ellos son los modernos íncubos y súcubos, no se les puede atrapar. La riqueza los ha hecho invulnerables, atrás quedaron aquellos tiempos en los que el orfebre del pueblo tenía una caja grande para guardar los ahorros de la gente, después  colocaron un banco de madera donde se iniciaron las primeras transacciones bancarias. En aquel entonces denominaron "bancarrota" a las quiebras porque los clientes destrozaban a hachazos el banco de madera y mataban al banquero que había malversado sus ahorros. Por eso todavía se llaman bancos, por el banco de madera que usaban. Las tendencias políticas que podrían nacionalizar las necesidades básicas son peor que lo que tenemos actualmente porque ellos nacionalizarían hasta la conducta de las personas, nos harían vestir igual a todos, el mismo peinado...  y nos alimentarían con una pequeña ración de arroz y un mendrugo de pan ázimo, nada más. Seríamos una sociedad tipo Corea del Norte. No hay solución, las futuras generaciones van directamente a un abismo impredecible.


martes, 6 de febrero de 2018

DUST IN THE WIND




El éxito de esta canción del grupo Kansas podría deberse a una composición musical excelente y a lo agradable del sonido sin tener en cuenta el significado de las palabras, principalmente en los países de habla no inglesa donde no se entiende lo que están diciendo. Y en cualquier lugar donde sí se entienda la letra, uno puede interpretar que están diciendo que no somos más que polvo en el viento, imaginando que volamos y que estamos exentos de las miserias telúricas. Pero, no. No es así. Esta canción es un canto contra la estúpida arrogancia de los que se creen importantes. No entiendo por qué te crees importante y lo muestras con tus actitudes frente a los demás. La soberbia de tu cara no está disimulada, se te nota cuando hablas y cuando callas; se te nota cuando saludas a otras personas porque no te queda más remedio, no lo has podido evitar fingiendo que que no lo has visto, aunque a veces finges que no lo has visto. Te sientes hierático y destacado y ves a los demás pululando dentro de la mediocridad.

Es a ti a quien va dedicada esta canción. Dice: No te resistas, nada es para siempre y con todo tu dinero no podrás comprar ni un minuto más. Eres polvo en el viento.

Tú crees que la razón siempre está de tu lado y que lo ajeno es insípido, pero no lo dices. Criticas en voz baja las circunstancias ajenas sin darte cuenta de que lo haces para mitigar tus miserias. La sabiduría milenaria es algo que no entiendes. Nunca llegaste a entender aquel proverbio antiguo que explica que los ríos más caudalosos son los que están más bajos porque todos los afluentes le entregan sus aguas. Y por eso tú eres un afluente raquítico que se seca cuando no llueve. Tu conciencia es hojarasca que se nutre con la comparación de las apariencias, por eso aparentas más y no te das cuenta de que sólo eres polvo en el viento. Caminas firme y envuelto en tu cáscara porque sabes que eso, la cáscara, entre otras cosas, sirve para ocultar el verdadero color de las cosas. Y así ocultas a los demás el color gris pálido de tus míseras verdades. Allí donde tienes una pizca de poder eres insoportable. Quien no te muestre admiración, obediencia y aguante tu verborrea y tus pleonasmos ya puede ir buscando otro trabajo porque le amargarás la vida con estúpidas y caprichosas determinaciones. Pero si eres su alumno no te escaparás tan fácilmente, tendrás que soportar sus arbitrariedades que siempre serán proporcionales al nivel de dignidad que tenga en su casa: si en su intimidad lo regañan, en el trabajo crece exponencialmente su arrogancia y su testarudez. Te conozco de sobra porque estás en muchos lugares: empresas, banca, docencia, organismos, política y en cualquier bar de pueblo o de ciudad y también en cualquier calle mostrando afectación por tus altas responsabilidades. A menudo te dices a ti mismo: Si no fuera por mí nada funcionaría, y te lo crees. Eres un parásito omnipresente. Muchas veces, no siempre, he sabido protegerme de ti y te he mantenido alejado. Cuando te he tenido frente a mí te he engañado mostrando la admiración que necesitabas para acceder a mis propósitos. He conseguido engañarte muchas veces, no siempre. A los de la antesala les haces esperar aunque no haya nadie en tu despacho, incluso a los que, ingenuamente, llamas amigos, porque esa espera te hace sentir importante y alimenta el limo viscoso de tu vanidad. La canción dice que todo lo que hacemos se desmorona en el suelo y tú no lo entiendes y crees que lo tuyo siempre se mantendrá lustroso. Todo es polvo en el viento y tú no te enteras de nada.

Esta diatriba sólo va dirigida a quien se sienta aludido o aludida, y no voy a intentar suavizar lo escrito con comentarios filantrópicos porque los destinatarios de estas letras, afortunadamente, son minoría aunque estén por todas partes y se hagan notar como una protuberancia llena de pus.