Hace muchos años leí
algo parecido en la revista Reader´s Digest. Y ahora yo escribo un decálogo
para meditar con la intención de que estas letras, que ya tienen una vida más
larga de que la mía, se adormezcan en este mundo cibernético. Ahora no se
gastan como en el papel y todo lo que se escribe queda para siempre. Ahora ya
no ocurrirá como con los manuscritos de Mar Muerto, la vejez no quitará lustre
a lo escrito, serán los mismos escritos los que se convertirán en sabiduría,
sensibilidad y poesía o en basura espacial. Para escribir diez cosas que sirvan
para meditar a quien las lea está claro que prefiero elegir postulados de
sabios que han dicho cosas que en algún momento de nuestras vidas nos afectan o
nos afectarán poderosamente.
Primero:
Si no encuentras
descanso en ti mismo es inútil que lo busques en otra parte. (F.
de la Rochefoucauld)
Segundo:
El que cree que en el
mundo los diablos nunca andan sin cuernos y los locos sin cascabeles será
siempre víctima o juguete de ellos. (A. Schopenhauer)
Tercero:
Los años enseñan muchas
cosas que los días desconocen, (Ralph Emerson)
Cuarto:
Si confías demasiado
puedes caer en la ingenuidad y si desconfías demasiado puedes caer en la
tiranía. (Nicolás
Makiavelo)
Quinto:
Adáptate tú al mundo
porque tu cabeza es demasiado pequeña para que el mundo entero se adapte a
ella. (George
Lichtenberg)
Sexto:
Nunca es tan rígido el
dolor que el tiempo no lo temple e incluso lo anule. (Annibale
Caro)
Séptimo:
A quien dices tu
secreto das tu libertad. (Fernando de Rojas)
Octavo:
Cada vez que te
encuentres del lado de la mayoría es tiempo de hacer una pausa y reflexionar.
(Mark Twain)
Noveno:
Si por la noche piensas
en todo lo que has hablado durante el día puedes encontrarte cosas muy curiosas,
principalmente si meditas sobre lo que dirían todos si supieron lo que has
hablado con todos. (Anónimo)
Décimo:
Cuidado con la hoguera
que enciendes contra tu enemigo no sea que te chamusques a ti mismo. (William
Shakespeare)