domingo, 18 de julio de 2010

LA PLAYA



Estos espacios lúdicos donde la gente habla de ir a tomar el sol y de broncearse no generan tanta atracción sólo por eso, tampoco es solamente una cuestión de bañarse para contrarrestar el sofocante calor de las canículas. Hay algo más: se trata de la aproximación a nuestros orígenes, algo que no controlamos ni admitimos, pero no por eso deja de ser cierto. En la playa nos dejamos acariciar por la brisa salvaje, pura; una brisa que no contiene los detritos venenosos de la que pulula en las ciudades. Allí dejamos que las olas rompan en espumosas cabrillas por nuestra piel y disfrutamos con ello. La temperatura hace aflorar el afán de aproximarnos a la naturaleza con la piel lo más desnuda posible. Y en los espacios naturistas es donde uno podría imaginar en nacimiento del Epicureísmo-dionisíaco, tendencias que, sin llegar al desorden ni a la borrachera, puede que sean los motores que con más fuerza mueven nuestras intenciones más íntimas. Un cierto hedonismo con olor a bronceador se respira por ahí. Y eso, aunque le pese a los eclesiásticos, es sano. Y se puede acompañar con aquel inmortal Tema de un lugar de verano de Percy Faith, como un simple gesto para esquivar esa crisis que nos agobia. La crisis no acabará con los músicos ni con los poetas ni con los que disfrutan de la playa.
https://youtu.be/HrFGOa_jGB4

lunes, 12 de julio de 2010

LA COPA DEL MUNDO


No es sólo una copa, es el estandarte que puede exhibir quien, por méritos propios, ha demostrado ser el mejor equipo de fútbol del mundo. No se trata de un hecho casual, es el fruto de un intenso trabajo y de una habilidad que ha tardado muchos años en despuntar. El fútbol brasileño y argentino de los años setenta ha perdido su magia porque casi todas sus figuras juegan en Europa, sus jugadores se han europeizado. Y aquí, en el viejo continente, España ayer fue lo que otros fueron antes, pero con una aureola mágica, con un fútbol más inteligente, un fútbol al que los holandeses sólo se podían enfrentar con transgresiones y marrullerías. Ahora les tocaría tomar nota a los que dirigen nuestro país, les tocaría tomar ejemplo de nuestros futbolistas, y de muchas otras figuras deportivas; deberían tomar nota los políticos de que con honradez y trabajo se pueden conseguir objetivos. Pero eso es sólo una aspiración inútil, nuestra victoria ha sido un paréntesis glorioso. Ahora debemos volver a sufrir las consecuencias del despilfarro público, de la demagogia y de la arrogancia del poder. Si hubiera una competición de presidentes de gobierno para ganar la copa del mundo a través de objetivos económicos y de bienestar social, el nuestro no pasaría de octavos.