martes, 13 de febrero de 2024

UN MUNDO FELIZ

 



Es el título del mundo distópico creado por Aldous Huxley. Un mundo en el que se ha resuelto todo: las enfermedades, el sufrimiento, las preocupaciones, etc. Pero se ha tenido que eliminar la libertad de pensamiento, el pensamiento crítico y la iniciativa privada. Las personas se crean en laboratorios con las características adecuadas para cada función. El sexo es sólo una diversión, así que las mujeres no quedan embarazadas. Se trata de una perspectiva horrible que podría corregir las barbaridades humanas para trasladarnos a un mundo perverso infinitamente peor. Y ese mundo que tenemos ahí ¿acaso no es una barbaridad? Todo es una barbaridad, es una calma tensa que me recuerda el ambiente maravilloso que la buena literatura ha fotografiado, por ejemplo, de Viena o de París en los años posteriores a la primera guerra mundial. Terrazas llenas de gente bien vestida tomando un aperitivo. Teatros con grandes anuncios de sus funciones. Señoras elegantes del brazo de sus maridos paseando por los bulevares. Una preciosa perspectiva: el amor, la familia, los niños jugando. Una chica muy bonita vestida de blanco paseando por El Retiro de Madrid con el chico con el que se va a casar. La segunda guerra mundial reventó los  sueños y ahora, después de tantos años en los que las guerras están muy localizadas, estamos en una calma tensa porque estas guerras se pueden extender fácilmente por las dos partes sobre las que ya escribí, las dos partes irreconciliables, las dos maneras de ver las cosas aferradas a un antagonismo perpetuo más encaminado al enfrentamiento que a la defensa de sus propios ideales. El proselitismo de la docencia no busca una aproximación a lo opuesto sino que persigue el distanciamiento inicuo de las dos partes. A partir de este contexto nace el germen maldito que aplaude las iniciativas del odio, un odio que saca sus alfanjes relucientes y salvajes para cercenar carne humana. Tenemos las dos partes enfrentadas en todos los lados, desde los pequeños círculos de personas que se pelean acaloradamente por sus ideas hasta el mundo entero: Occidente contra Oriente: Rusia contra EEUU, judíos contra musulmanes. Si la docencia en todo el mundo buscara una aproximación de las dos partes podríamos tener una perspectiva de futuro para nuestros descendientes, pero esto no ocurrirá y será la IA la que recogerá los pensamientos de Aldous Huxley para crear un mundo feliz en el que no se permita a los humanos luchar contra sus hermanos por unos ideales estúpidos e inconsistentes. Tal vez Groucho Marx ya nos daba el camino a las soluciones que nunca llegarán. Él dijo: Estos son mis principios, pero si no les gustan tengo otros.  Aquí nos matamos por nuestros principios y después ¿qué? Si hay vida después de la muerte el reconocimiento de nuestra estupidez será el fuego bíblico que quemará nuestras entrañas eternamente.