Se podría extrapolar cualquier cosa con las
civilizaciones humanas: todo se estropea, un coche a los diez años empieza a
deteriorarse y a pasar de moda, como un electrodoméstico, un ordenador, etc.
Parece que también los matrimonios se deterioran, o por lo menos gran parte de
ellos. Las personas también nos deterioramos, a partir de los sesenta y cinco
ya no servimos y por eso el Estado nos paga un sueldo para que estemos
quietecitos sin hacer nada, ya somos obsoletos. ¿Será una obsolescencia
programada por dios? ¿Alguien estará programando la obsolescencia de los
humanos igual que los fabricantes de electrodomésticos programan el deterioro
de sus manufacturas para que no duren demasiado?
Y así el Imperio Romano sucumbió,
unos dicen que por el socialismo, la sociedad del bienestar que consiguieron no
se podía mantener, había demasiadas personas viviendo a costa del poderoso
imperio, pero no conviene hacer conjeturas sobre el hundimiento de este imperio
ya que hubo historiadores que hablaban de más de doscientos motivos. Fue un
hundimiento paulatino con unos motivos en un tiempo y otros motivos en otro. A
través de la Historia uno puede observar que quien está en el poder, abuse o
no de él, provoca la envidia de los que aspiran a ejercerlo y eso enciende
ánimos sediciosos. Al Imperio Romano lo hundieron los nacionalismos. Los vastos
territorios, en un momento determinado, no aceptaron la autoridad centralizada,
crearon sus propios gobiernos y se fueron desintegrando poco a poco. Este puede
ser un resumen objetivo de lo que realmente ocurrió. La parte Oriental del
Imperio Romano quedó denominada como Imperio Bizantino y su decadencia fue una
prolongación de los males del imperio Romano, su historia se prolonga hasta el
siglo XV tiempos en que turcos otomanos tomaron Constantinopla. De ello se puede
deducir que la caída de todo puede tardar, pero no se puede dudar de que
llegará. Siguieron los otomanos, ellos acabaron con lo que quedaba
del Imperio Bizantino y les pasó lo mismo: gran parte de sus territorios se
independizaron, según muchos historiadores, por la presión nacionalista: El Imperio se fue desmembrando. De
todos estos líos nació la república de Turquía, creo que se formó después de la primera guerra mundial.
Hay quien escribe sobre similitudes respecto de las caídas que he nombrado con las civilizaciones occidentales de la actualidad. Ya escribí que alguien dijo que los árabes volverán a conquistar Europa a través del vientre de sus mujeres. Y a eso mucha gente lo ve posible, las mujeres occidentales ya no tienen hijos como antes: uno o dos a lo sumo y no todas. Los hijos interrumpen las aspiraciones profesionales. Todo se ha complicado, un matrimonio no puede acceder a una vivienda si no trabajan los dos y así y todo no siempre es posible. Con este motivo lo de tener hijos no es tan fácil como antes. En cambio los musulmanes tienen muchos hijos. Un magrebí que trabajó para mí me dijo que se podían tener muchos hijos porque no cuestan nada. Bien, a eso no lo entendemos así los occidentales. La obsolescencia de nuestra civilización del bien estar está llegando por envejecimiento, en las próximas generaciones crecerá el número de personas nacidas en España de padres extranjeros y disminuirán los nacidos en España de padres españoles. Como ya escribí, las iglesias se convertirán en mezquitas y los tañidos de las campanas serán las voces de los almuédanos. A nuestra civilización también la desbaratan las polarizaciones políticas que se enfrentan y pelean y no son capaces de llegar a acuerdos amistosos y razonables, tendrá que ser la IA (Inteligencia artificial) la que nos gobierne. Seguro que la IA, cuando llegue el momento, lo hará mejor. Se supone que una inteligencia artificial haría desaparecer eso de las izquierdas y las derechas y se acogería a lo coherente de cada lado: recortaría los abultados beneficios de los bancos para que una vivienda no se tenga que pagar dos veces, una al constructor y otra al banco, pero no permitiría ni la anarquía ni el apoyo al terrorismo ni el libertinaje. Interpondría disciplina sin tocar la libertad individual y buscaría acciones encaminadas a que la gente fuera feliz; si eso ocurre ya no lo veremos y tampoco sabremos qué habrá ocurrido para que la IA se prostituya en beneficio de los poderosos de turno. Puede que las cosas sean así de crueles por nuestra propia ingenuidad. Según Saramago nosotros los humanos "Vivimos y morimos ingenuamente". Así están y estarán las cosas y por este motivo mi Blog se titula: PESIMISMO.