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Leire Pajín |
No voy a hacer bromas sobre la musicalidad folklórica de su nombre, y menos aún sobre el inevitable apellido, vocablo que, normalmente, acaba en “a” en lugar de “in”, para referirse a comida de rumiantes (ni por un momento he pensado en breves onanismos). Voy a referirme solamente a la vergüenza que sentí ante su reciente y famosa disertación sideral. Ella anunció la coincidencia de Obama en USA y Zapatero en la UE como un acontecimiento planetario. Sentí escalofrío al ver la necedad intelectual de quien ocupa, creo, el número tres en el organigrama del partido político que nos gobierna. Tal simplicidad infantil no es compatible con estar en las altas esferas del poder político. A la señora Pajín yo le atribuyo una edad intelectual de siete años. Imagino en su mente fantasías y aspiraciones en el sentido de ver vestidos de Batman o de Superman a estos dos políticos volando por los cielos de océano Atlántico, parando con sus propias manos un enorme meteorito que iba a destruir nuestro planeta. Esta señora le ha hecho un flaco favor al presidente, quien mostraría coherencia si la destituyera y la colocara de conserje en las puertas de la sede del partido.