jueves, 17 de marzo de 2011

TORRENTE


He leído el comentario de ayer sobre Torrente del columnista de Diario de Mallorca Antonio Papell. Lamentable. Cuando una película, por ejemplo, llama la atención de tanta gente de manera masiva, como es el caso, no se puede juzgar el fenómeno con la bisoñez que usa el aludido, que además monta una diatriba que no viene al caso. Esta película es algo más que una grosería porque escarba en instintos básicos de los animales, y nosotros, aunque nos cueste asumirlo, somos animales. Supongo que en este Blog me repetiré sobre Sigmund Freud, él puso el dedo en la llaga cuando explicó las tres partes de los seres humanos: lo animal, lo social y la conciencia. Cuanta más distancia hay entre el animal que llevamos dentro y el Ser social que quieren ver los demás en nosotros, más complicamos la vida a nuestra conciencia. Y por eso precisamente son tan necesarias las consultas a psicólogos y a brujas. La sociedad nos obliga a desvincularnos del animal que llevamos dentro, y nuestra conciencia está hecha un lío. Torrente hace un guiño a nuestro animal, y nos encanta. Ese aire demagógico del que estamos todos impregnados no es más que un disfraz que provoca divorcios y desdichas. En el fondo, y sin que podamos decirlo, todos estamos un poco hartos de nuestra apariencia fingida ante los demás, de las ortodoxas opiniones de quienes hablan en público y de tanta hipocresía. Por eso nos gusta Torrente.

12 comentarios:

emejota dijo...

Siento disentir, Pedro. A mí Torrente me parece, junto a Belén Esteban, el elogio de lo cutre y la chabacanería.
Evidentemente, en nuestro país esto vende. La gente quiere reír y olvidar la mierda de políticos que tenemos. Un saludazo!!!

PESIMISMO dijo...

Torrente es bastante más cutre y soez que todo lo demás. Es por eso que he aplicado un visión antropológica, una base digamos filosófica que me permita entender ese éxito. No es el mismo éxito de la telebasura, lo que se muestra es mucho más retorcido y primitivo. Piénsalo más despacio, Emejota, y ya me dirás.
Un beso.

emejota dijo...

Seguro que, una vez más, estás en lo cierto. Me ha parecido interesante tu razonamiento. Un beso y sigue escribiendo!!!

Pedro Tugores dijo...

Gracias, Emejota.

Anónimo dijo...

Molt bò Pedrito ! Tots son una mica "Torrentes"

Unknown dijo...

esta claro que es asi, desde la perspectiva actual en que viven los españoles

Anónimo dijo...

¿Por qué arrasa Torrente 4?

La película producida, dirigida y protagonizada por Santiago Segura arrasa en los cines españoles. Torrente 4 ha llegado a recaudar 8,2 millones y ha sido vista por más de 1,5 millones de personas. ¿Pero, a qué se debe este éxito?

La última entrega de Torrente es un ejemplo de cine de mala calidad. El objetivo de estas películas es llenar las salas y conseguir el mayor beneficio posible a costa de la población. Es obvio, estamos ante un producto industrial que tiene como objetivo sacar el dinero a la gente.

El público español no elige el cine de calidad y comprometido, ni siquiera busca una comedia inteligente. Esta masa prefiere consumir vulgaridades, humor grosero y simple, cameos de “personajillos” y observar cuerpos femeninos. Muchos se ríen con estas cosas, pero lo peor es que otros se sienten familiarizados e identificados con Torrente. Incluso llegan a pensar que los personajes que salen en la película como “La Estebán” o “Lapiedra” son prototipos de la sociedad y que representan a una gran parte de la población.

Este tipo de película demuestra la falta de cultura en España. Los espectadores buscan entretenimiento con cosas fáciles y superficiales. Esto es lo que vende en este país, y es un gran problema. La industria cinematográfica se mueve por el dinero, y si esta película ha tenido un gran éxito y se ha recaudado muchísimo dinero, lo que sucederá es que el cine en general siga los mimos pasos. Porque lo más importante es satisfacer al espectador. El público es quien demanda el producto, y si la gente es lo que conoce y consume, eso es lo que va a demandar.

Lo peor de estos productos es el efecto que producen en la sociedad. Muchas frases, luego son repetidas en conversaciones entre amigos, en foros, en cenas … y tristemente luego se quedan en el vocabulario de las personas.


MARIAN

PESIMISMO dijo...

Querida Marian, no entiendo que tus letras contradigan nada sobre la opinión que nos ocupa porque tienes razón. Igual que ocurre en tantos ámbitos, al juzgar a Torrente nos ponemos a su izquierda o a su derecha con cierto antagonismo frente al que está en el lado opuesto. Y continuamos con una pobreza empática incurable que pone en vigor las antiguas palabras de Voltaire: “La ignorancia afirma o niega rotundamente, la ciencia duda”. Un cinéfilo debería ser capaz de ver Torrente 4 y reírse, y un amante de la alta literatura, debería poder reír al escuchar un chiste escatológico. Yo no sé si alguna vez nos liberaremos del maniqueísmo epígono, aunque es un alivio ver que va disminuyendo en el mundo Occidental.

Creo que ahora en España hay unos cuarenta y ocho millones de habitantes, y sólo unos cincuenta mil son lectores habituales, así que tienes razón: el panorama cultural es desolador. Y el afán económico contribuye a crear más basura. Así que la deducción objetiva sobre el asunto es la tuya. Mis letras no son más que ensoñaciones, anhelos que se llenan de frustración al ver que no son fáciles de asimilar.

Carlos dijo...

Esperando la quinta entrega de Torrente

emejota dijo...

Pedro, me gustaría saber tu opinión sobre La sombra del viento, ya que hace tiempo que no escribes tu blog. Te echo de menos. Un saludo.

PESIMISMO dijo...

No he leído a Zafón, MJ. Y debería hacerlo. Pero ya sabes que yo ando con lo antiguo. Ahora vuelvo a leer Don Quijote de la Mancha. Imagínate. También estoy con Thruman Capote: "A Sangre Fría". Todo lo que ha ocurrido desde que escribí la última opinión no me inspira. Debería decir cosas que vale más callar.

emejota dijo...

Hola, Pedro. Acabo de releer tu blog y estos últimos comentarios que aún no había visto.
Es curioso, yo he estado en estos días releyendo El Quijote porque tengo un proyecto interesante para acercarlo a los niños.
Pero.... existe vida tras los clásicos. De verdad, de verdad, te recomiendo La sombra del viento (yo era escéptica respecto a Zafón. Ha sido un gran descubrimiento) y La bofetada, de un tal Christos Tsiolkas, que acabo de empezar y me mantiene presa. También, en plan best seller, Los ojos amarillos de los cocodrilos, de otra tal Katherine Pancol. Simpático e instructivo sobre "los negros" de la Literatura.
Un besazo.