domingo, 22 de mayo de 2011

MIDNIGHT IN PARIS


Se dice por ahí que se trata de la mejor película de Woody Allen. Lo dijeron en un telediario, una manera muy eficaz de incitar al público para que vaya al cine. No sé si sería por la presencia de Carla Bruni, y la influencia que esta peculiar primera dama de Francia pueda tener por ahí. Lo cierto es que la película me gustó y no encontré ninguna sorpresa: lo de jugar con el tiempo es algo ya bastante manoseado, la literatura le da más o menos coherencia, yo lo intenté en mi novela María León, haciendo uso de la palingenesia para justificar la presencia del protagonista en distintas épocas históricas. Woody Allen nos lleva a los años veinte por arte de magia, y allí nos encontramos con la bravuconería de Heminway buscando pelea. Vimos "al pianista" Adrien Brody interpretando a Dalí, que hablaba incesantemente de rinocerontes. Toulouse Lautrec muy modosito y bien peinado, como si nunca hubiera sido un desaforado concupiscente. En otras visitas al pasado aparecen Gauguin y Monet, incluso, posiblemente, Luis XVI y María Antonieta ordenando la decapitación del detective del siglo XXI que se coló en sus aposentos de Versalles. La alborotada Josephine Baker parece estar también ahí, y muchos otros genios que fueron coetáneos.

1 comentario:

emejota dijo...

Pedro, sigue escribiendo. Un beso.