lunes, 25 de julio de 2011

BELFAST


Veo en las noticias que los católicos y los protestantes vuelven a enfrentarse en Belfast. Las religiones son de nuevo la semilla que germina odio irracional y epígono. Lo que ocurre en Irlanda del Norte es vergonzoso porque muestra cómo las religiones han desordenado, sin remedio, el pensamiento de muchas personas. Martín Lutero se limitó a denunciar las bulas, no encontró ninguna base que legitimara al papa para pedir dinero a la gente a cambio de perdonar los pecados cometidos o a cometer; no encontró ninguna razón legítima que impidiera el matrimonio a un sacerdote. Y fue excomulgado por el Papa León X, quien no era precisamente un ejemplo de conducta, ya que es sabido que ese papa convirtió El Vaticano en un infierno para los niños y niñas que fueron violados y masacrados con la participación y/o aquiescencia del citado pontífice. Aún hoy visitamos con admiración la basílica de San Pedro, inconscientes de que se construyó con dinero robado a la gente que apenas tenía para comer, engañándolos con inicuas patrañas. Y ahora volvemos a tener en las noticias unos enfrentamientos que comenzaron en el siglo XVI. Y el papa actual, igual que muchos de sus predecesores, intenta que afloren lo menos posible los innumerables casos de pederastia cometidos por sus acólitos. A la iglesia católica no la vamos a hundir los ciudadanos, se va hundiendo ella sola. De momento su inmensa riqueza la mantiene a flote.

1 comentario:

emejota dijo...

Totalmente de acuerdo, Pedro. Tu libro hablaba mucho de estas cuestiones.