Tengo
escrito que el arte es una burbuja traviesa de la efervescencia del alma, y la
música tal vez sea eso: una ebullición empírica ni sólida ni líquida ni
gaseosa, sin color, sin forma, sin luz, intocable… sólo se distingue del alma
porque es audible. Con ese sonido bailamos y nos emocionamos. La música puede
ser muchas cosas: lo que realza el pánico en una película de terror o la
manifestación extrema de la belleza, como en El Lago de los Cisnes de
Tchaikovsky, por ejemplo. Parece anecdótico que algo tan intangible como la
música resulte ser el medio a través del cual se pueda manifestar lo más bello
de nosotros mismos, los mejores sentimientos… el amor; a través de ella somos
capaces de flotar, de sentir que la gravedad se hace más débil y que nuestro
amor es más sólido y romántico. La música ha estado y está en la cabeza de
todas las generaciones y de todos los lugares. Cada lugar y cada tiempo con la
suya. Mi padre decía: “quita ese ruido”, y yo les he dicho lo mismo a mis
hijos. Battiato cantaba que lo de África es monserga, y Lady Gaga, vestida de
libélula, vuelve locos a los adolescentes. Manifiesto mi admiración extrema
hacia las personas que se dedican a la música, a los que la crean, a los que la
enseñan y a los que la interpretan. Yo intento aprender a escuchar.
4 comentarios:
No se quien dijo aquello de "la música amansa las fieras", nuestros recuerdos, nuestros instantes estan ligados a una u otra canción, siempre el ser humano a expresado sus sentimientos a través de ella.
Lagrimas, sonrisas, el primer beso o simplemente compañera de ratos de soledad...
La"a" va con h, no me riñas Pedro
Javier, que yo también he metido ese gazapo alguna vez.
Un abrazo.
Recuerdo cuánto te gustaba Moon light shadow, y cada vez que la escucho pienso en ti. Besiños.
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