viernes, 9 de junio de 2017

DECÁLOGO PARA MIS HIJOS

Hace muchos años leí algo parecido en la revista Reader´s Digest. Y ahora yo escribo un decálogo para mis hijos con la intención de que estas letras tengan una vida más larga que la mía. En este mundo cibernético las letras no se gastan como en el papel y todo lo que se escribe queda para siempre. Ahora ya no ocurrirá como con los manuscritos del Mar Muerto, la vejez no quitará lustre a lo escrito, serán los mismos escritos los que se convertirán en sensibilidad y poesía o en basura espacial. Si alguno de los diez postulados coincide con lo que ya está escrito, ruego que no se me acuse de plagio, será debido a la poca eficacia de mi memoria. 


1.- Si no vives con tu madre, llámala de vez en cuando; aunque sea sólo para saludarla.

2.- No gastes más dinero del que ganas. Y destina siempre un veinte por ciento al ahorro.

3.- Antes de gastar o invertir un euro, piénsalo dos veces. Te vendrá bien y te darás cuenta de que a veces el impulso nos hace equivocar con estas cosas.

4.- Siempre vale más callar y marcharse antes que entrar en una discusión o pelea. Las discusiones y las peleas son inútiles y no conducen a nada positivo, más bien crean enemigos por estupideces. No vale la pena.

5.- Sonríe y sé amable con la gente. Procura decir: “Yo” lo menos posible cuando hables. Con el tiempo eso da ventajas.

6.- No confíes tus secretos a nadie, si lo haces tarde o temprano te traicionarán. Es mucho más ventajoso escuchar que hablar.

7.- No pongas nunca en riesgo a tu familia con inversiones de riesgo, peleas, incumplimiento de las leyes, inseguridad al volante por alcohol o cualquier otra cosa que pueda perturbar tu vida, tus hijos no lo entenderían.

8.- Ve la médico y al odontólogo por lo menos una vez al año.

9.- No mientas ni engañes a nadie. Las mentiras siempre acaban volviéndose contra quien las profiere, y el engaño a menudo perjudica más al que engaña que al engañado.


10.- No presumas de lo que tienes ni de lo que sabes ni de lo que haces. Si presumes ganarás la antipatía ajena. 

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